Historia

Una casa, un hogar.

La decisión de restaurar A Casa de Filomena allá por el año 2003 se debió esencialmente a la ilusión de construir más que una casa, un hogar. Ese lugar donde agrupar y disfrutar de la familia y los amigos. Y así fue.

Fue un proyecto de rehabilitación pausado, disfrutando del proceso y siempre con la intención de mantener y recuperar la propia esencia de la casa tradicional gallega. Para ello, quisimos saber un poco más de la Señora Filomena, la última persona que habitó en la vivienda.

A nosotros llega una historia de una mujer luchadora e independiente que nunca pasó por vicaría ni dejó descendencia. Su día a día transcurría entre la tranquilidad de la aldea de Rosomil y la dureza del trabajo diario en el campo.

Los más ancianos de la aldea todavía recuerdan como la casa se estructuraba entorno a la “lareira” y su prominente chimenea, lugar donde la señora Filomena cocinaba, hacía vida y pasaba las duras noches de invierno al calor del fuego. Actualmente aquí se ubica el salón y biblioteca. La antigua bodega contigua a la zona de lareira, en la cual la señora Filomena almacenaba la cosecha de vino, se destinó a la actual cocina de la casa. Y finalmente anexo a la vivienda existían varios alpendres y cuadras que daban cobijo a sus animales y que fueron recuperados y habilitados para dar cabida a los dos dormitorios pertenecientes a la planta baja.

La casa disponía de un hórreo tradicional gallego de 4 pies, que penosamente en los años de abandono del inmueble fue objeto de robo, quedando únicamente una mínima parte de su estructura. No en vano, quisimos completar la recuperación total del conjunto de vivienda y decidimos dotarla de un nuevo hórreo, elemento iconográfico de la arquitectura popular gallega.